La práctica adivinatoria con las runas, es una de las tradiciones menos conocidas, que casi ha caído en el olvido. Las runas son signos, a la vez símbolos y alfabetos. Por si ello puede parecer poco, vemos que las runas también son formas de magia, posturas de meditación e incluso gestos rituales. Su origen se remonta a la Edad del Bronce, y quizás a un tiempo más lejano, aunque de una forma incompleta y simplificada. En su origen las runas eran de pequeñas piezas de piedra, generalmente cantos rodados, aunque también las hay en arcilla y modernamente las podemos ver en modernos juegos de cartas con diseños muy interesantes. La tradición rúnica es típicamente nórdica, y tuvo una gran expansión entre los pueblos celta, sajón y escandinavo, persistiendo en estos últimos en su potencial cultural bajo un aspecto decorativo y estético. La práctica de las runas era sobre todo, al margen de la escritura, algo reservado al Snorri.