Para la Santería en el fondo no hay nada ni bueno ni malo, sólo caminos a seguir desde el mismo momento del nacimiento, y los seres humanos, Santeros o no, lo seguirán tarde o temprano, sin importar el tiempo o las vidas que les lleve, ni las vueltas que tengan que dar hasta reencontrar el sendero. La diferencia es que dentro de la Santería un buen Babalao puede decirles exactamente cuál es su camino y qué deben hacer para recorrerlo en equilibrio y con protección, con lo que le ahorrarán unos cuantos conflictos a su alma y podrán liberar y elevar su espíritu. En la Santería cada quien tiene su Prenda, cada quien tiene su altar, incluso si está vacío, porque cada quien tiene su propio camino que ha de recorrer por sí mismo, ya que nadie puede recorrerlo por él.