Hoy en día se admite que, junto al aire exterior, la calidad del aire interior de los edificios es un factor determinante para nuestra salud y calidad de vida. El modo de vida contemporáneo nos lleva a pasar la mayor parte del tiempo en espacios cerrados, donde hay muchas fuentes contaminantes: el humo del tabaco, los aparatos de calefacción y de combustión, los materiales de construcción, el mobiliario y la decoración, los productos de mantenimiento y limpieza, de cosmética y de higiene personal… Sin olvidar los contaminantes biológicos y fisicoquímicos. Sin embargo, existe una solución a la vez simple, viva y decorativa: recurrir a las plantas descontaminantes para depurar el aire que respiramos.